sábado, 26 de diciembre de 2009

LA ENTREVISTA 2

- Señor Onanista ¿qué clase de estudio antropológico pretendía realizar?

- Vine a la Tierra con el solo propósito de analizar a los seres humanos, concretamente al ser humano occidental: sus costumbres, sus ritos, sus excentricidades...

- ¿Por qué al ser humano occidental?

- Porque los demás ya estaban cogidos.

- ¿Y qué ha averiguado?

- Pues verá me he llevado una enorme sorpresa, dado que había venido a este planeta con la intención de estudiar a una especie inteligente.

- ¿Los seres humanos no le parecen inteligentes?

- He aquí uno de sus principales errores, ustedes tienden a generalizarlo todo. Necesitan aglutinar en archivos y listas soporíferas hasta el más insignificante de los datos. Son unos atormentados del orden y el control.

- Entonces ¿considera que algunos humanos si poseen inteligencia pero otros no?

- Hay muchos tipos de inteligencia aunque ustedes se obcequen en contemplar solo una.

- ¿Responde eso a mi pregunta?

- ¿Pregunta eso a mi respuesta?

(Risas enlatadas)

jueves, 24 de diciembre de 2009

ENTREVISTA CON EL ONANISTA HERMAFRODITA

Aun no se muy bien las razones que llevaron al IIP (Instituto de Investigación Paranormal) a adjudicarme un caso tan complejo. Solo se que desde que conocí la noticia de que el "Onanista Hermafrodita" había llegado a la Tierra, quise entrevistarlo.

Debo reconocer mi incompetencia en materia de psiquiatría, pero a fin de cuentas qué psiquiatra está preparado para llevar a cabo tal empresa. No se traba de un enajenado, ni siquiera era un ser humano. Puede que a algunos les sorprendiese su aspecto, pero debo admitir que a mi no. No me importaba en absoluto.

Se trataba de un ser enteco y amorfo. Una gruesa capa de piel era sujetada por un frágil esqueleto, que luchaba por no romperse con cada movimiento. Su policromía, así como su exceso de salivación, colaboraba de su esperpéntica apariencia. A simple vista resultaba desagradable y hasta repulsivo, pero al fijar los ojos en las pequeñas espirales que se formaban sobre su torso era hipnotizarte e incluso agradable.

Carecía de rostro, dicho lo cual el hábil lector podrá intuir que no poseía boca, ojos, orejas, ni nariz. No sabía como era capaz de ver o escuchar, pero me parecía una grosería preguntarlo.

LA ENTREVISTA

- Buenas tardes señor Onanista -Pregunte sin la mayor esperanza de que entendiese mi idioma. Al tiempo que hablaba varios filólogos de venusiano, plutónico del sur, saturnino de Villa Abajo... traducían mis palabras-
-Buenas tardes señorita.
(¡Era increíble, el Onanista Hermafrodita hablaba castellano!)

- ¿Podría decirme qué le trae por el planeta Tierra?
- Si, he venido a hacer un estudio antropológico.